En el vibrante mundo del rock, León Benavente se erige como un auténtico torbellino musical. Con su mezcla explosiva de guitarras y sintetizadores, sus conciertos son verdaderas fiestas donde la energía fluye como un río desbordado. Este jueves, la banda aterriza en el escenario de Venice Bay en Cala de Bou, donde promete una noche inolvidable que comenzará a las 21 horas.
Recuerdos y reflexiones
Hablando con Luis Rodríguez, uno de los miembros fundadores, recuerda con cariño su última actuación en Ibiza. «La memoria no me falla del todo, pero después de tantos conciertos a veces los lugares se confunden», confiesa entre risas. Sin embargo, lo que sí queda claro es el cariño que sienten por la isla y sus seguidores: «Siempre que venimos aquí es muy guay. Ya tengo amigos escribiéndome emocionados para decirme que van a estar allí».
El nomadismo ha sido su estilo de vida durante casi veinticuatro años. Luis lo describe con gratitud: «Hemos tenido la suerte de dedicar nuestra vida a lo que amamos. Claro, cuando llevas muchos bolos seguidos empiezas a soñar con tu sofá y volver a casa, pero al final esto nos apasiona». La conexión entre ellos es especial; como él dice: «somos como un matrimonio a cuatro, pero sin sexo».
A medida que avanzan en su carrera musical, el cambio sonoro de su último disco “Nueva sinfonía del caos” ha traído consigo cierta incertidumbre: «Siempre hay ese nervio cuando presentas algo nuevo; te arriesgas mucho», explica. Pero el feedback ha sido positivo: «Llevamos tocando todas las canciones en directo y eso es un buen síntoma».
Cuando le pregunto sobre la angustia de dejar de gustar o quedar fuera del panorama musical actual, responde con sabiduría: «A estas alturas no nos obsesiona tanto gustar o no; hacemos música que nos emocione y eso es lo único que podemos controlar».
Llenos de festivales por delante este verano, Luis hace una reflexión sobre esos momentos efímeros donde muchas personas olvidan sus problemas por un rato: «Si ese es el único fin de semana bueno… ¡qué pena! Pero prefiero pensar que esos recuerdos estén ligados a la música en vez de otras cosas menos agradables».