El mundo de la cultura gallega se viste de luto tras la pérdida del destacado escritor y actor Manuel Lourenzo, quien nos dejó este domingo en A Coruña a los 82 años. Nacido en Ferreira do Valadouro en 1943, Lourenzo fue mucho más que un dramaturgo; era un auténtico pilar de las artes escénicas en Galicia. Su legado es inmenso y su ausencia se siente profundamente.
Un referente cultural que siempre será recordado
La Academia Galega do Audiovisual no tardó en expresar su dolor a través de redes sociales: “Sentimos profundamente el fallecimiento de Manuel Lourenzo, pilar y referente de la cultura gallega contemporánea”. En esta misma línea, la Diputación de Lugo también compartió sus condolencias, enviando todo su ánimo a los seres queridos del dramaturgo.
No es para menos. La alcaldesa de Santiago de Compostela, Goretti Sanmartín, describió su partida como “una gran pérdida para el teatro y la cultura gallega”. Y es que Lourenzo no solo brilló por su impresionante producción como dramaturgo, sino también por ser un gran director e intérprete. Impulsor incansable de iniciativas culturales que enriquecieron el teatro local.
A lo largo de su carrera, dejó huella no solo en las tablas, sino también en la pantalla. Participó en películas como Entre Bateas (2001) y series tan memorables como Mareas vivas (1998) o Fariña (2018), donde interpretó al conocido narcotraficante Vicente Otero Pérez. Su versatilidad le permitió conectar con el público en múltiples facetas.
A medida que reflexionamos sobre su vida y legado, nos queda claro que figuras como Manuel Lourenzo son difíciles de reemplazar. En cada rincón del escenario gallego resonará siempre su voz y su pasión por el arte.