Cuando pensamos en ‘Sexo en Nueva York’, lo primero que nos viene a la mente son esas mujeres fuertes y vibrantes que siempre han desafiado las normas. En su episodio final, aunque el nombre de Darren Star brille en los créditos, el verdadero artífice de esta historia ha sido Michael Patrick King. Él fue quien transformó una simple guía sobre citas en un relato profundo sobre relaciones duraderas, amor y también sobre la dura realidad de enfrentar la enfermedad y la pérdida.
Una despedida llena de matices
La última entrega nos presenta a Carrie Bradshaw (interpretada por Sarah Jessica Parker), quien se siente perdida en París mientras su novio, Aleksandr Petrovsky (Mijaíl Barýshnikov), está más centrado en sus exposiciones que en su relación. La escena es tensa; Carrie se encuentra con la ex pareja de Aleksandr durante un almuerzo incómodo. “No hay nada más importante que el arte”, le dice Juliet Bellajoux, haciendo que Carrie reflexione sobre su lugar en esa vida llena de glamour pero vacía de cariño.
Por otro lado, Samantha (Kim Cattrall) lidia con los efectos devastadores de la quimioterapia. Su diálogo con Smith Jerrod es crudo y real: “¿No vamos a hablar nunca de que no hemos hecho el amor en mucho tiempo?” Y así, cada uno de los personajes enfrenta sus propios demonios.
A pesar del tono sombrío, Charlotte (Kristin Davis) irradia esperanza al recordarle a Harry: “Cálmate. No era nuestro bebé. Nuestro bebé está por llegar”. Este momento resalta cómo incluso ante las adversidades hay espacio para la luz y el optimismo.
Pero todo cambia cuando Carrie tiene un reencuentro inesperado con Mr. Big (Chris Noth). Al final del episodio, ella reflexiona sobre las distintas formas de amar y se queda con una frase poderosa: “La relación más significativa es aquella que tienes contigo misma”. Sin embargo, este cierre dejó un sabor amargo para muchos fans; ¿realmente era necesario acabar con Carrie aferrándose al amor inestable?
Darren Star expresó su decepción al ver cómo el desenlace traicionaba el mensaje original: mujeres independientes no deberían definirse por sus parejas. Años después, con ‘And Just Like That’, Michael Patrick King parece querer corregir ese rumbo errático desde el principio al presentar una nueva dinámica entre las protagonistas.
Al fin y al cabo, ‘Sexo en Nueva York’ ha sido un espejo distorsionado pero fascinante donde hemos visto reflejadas nuestras propias vidas y luchas. ¿Podrán estas amigas volver a encontrarse consigo mismas sin depender del amor romántico? Solo el tiempo lo dirá.