Desde el pasado 6 de junio, el Centre Cultural La Misericòrdia se ha convertido en el hogar de una maravillosa retrospectiva dedicada a uno de los grandes maestros de la pintura en Mallorca: Gustavo. Este artista nacido en Cartagena en 1936 nos invita a sumergirnos en su universo personal hasta el 5 de septiembre.
Un viaje a través del arte
Bajo el título De la calle al cosmos, esta exposición despliega más de 120 obras que reflejan la trayectoria vital y artística de Gustavo. Recorrer cada rincón de La Misericòrdia es como atravesar diferentes etapas del tiempo. En la Capella, por ejemplo, nos encontramos con sus inicios, esos años 60 y 70 donde estaba claramente en busca de un estilo propio. Aquí se aprecia su amor por el geometrismo y su deseo de plasmar paisajes cargados de significado político.
Aunque no podemos olvidar aquellos momentos icónicos, como su paseo por Mallorca montado en un camello junto al periodista Miquel Vidal en 1964. ¡Vaya anécdota! Pero las historias siguen fluyendo; ya en la planta baja, descubrimos la etapa berlinense (70-80) tras recibir amenazas que lo llevaron a abandonar España. Esa vivencia lo llevó a explorar nuevos horizontes artísticos desde la Künstlerhaus Bethanien, donde empezó a dar vida a serigrafías llenas de color.
Caminando hacia la primera planta, nos encontramos con sus regresos a Mallorca y esa explosión cromática que tanto le caracteriza durante los años 90. Los títulos largos y divertidos que acompañan sus obras son pura ironía; una simbiosis perfecta entre forma y contenido. Y no olvidemos esas esculturas de bronce que cobran vida propia.
Finalmente, llegamos al segundo piso, donde podemos apreciar sus trabajos más recientes del siglo XXI. ¡Qué alegría ver cómo captura el espíritu mediterráneo! Sus personajes grotescos parecen contarnos historias absurdas que nos hacen reír mientras reflexionamos sobre nuestra realidad.
El arte de Gustavo es un caleidoscopio lleno de elementos poéticos y visuales que nos invitan a mirar más allá del lienzo. Gabriel Janer Manila lo describe perfectamente cuando dice que «la pintura es una gran metáfora de nuestra época». Así que no hay duda: esta exposición es un homenaje muy merecido a un artista cuyo legado sigue vibrando con fuerza aquí en Mallorca.