En un giro que ha capturado la atención del mundo, un matrimonio español ha decidido alzar la voz contra las políticas migratorias de Donald Trump desde la prestigiosa revista The New Yorker. El ilustrador Sergio García Sánchez y la colorista Lola Moral han plasmado su mensaje en una impactante portada, donde una multitud de personas, provenientes de diversos rincones del planeta, espera ansiosamente a cruzar una frontera que parece más un muro impenetrable.
Reflejo de una realidad apremiante
El pasado 28 de julio, esta ilustración se convirtió en un espejo de la dura realidad que viven millones. La escena es atemporal, pero adquiere un significado profundo gracias a las severas medidas del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) impulsadas por el presidente estadounidense. Uno podría pensar que esta imagen representa cualquier momento en la historia reciente, pero hoy resuena con especial fuerza.
No es casualidad que una lectora haya decidido escribir a la redacción para sugerir cambiar el nombre actual ‘Journeys’ (Caminos) por ‘Ellis Island 2025’, evocando el emblemático paso fronterizo. En palabras de Lola: «Lo que queremos es siempre lograr un equilibrio entre ética y estética»; buscan provocar reflexiones sin ser demasiado bruscos. Y aunque algunos detalles como los ‘stickers’ de sandías se dejaron fuera para no desentonar con el mensaje central, su intención sigue siendo clara: abrir ojos y corazones.
Sergio y Lola ven paralelismos evidentes entre España y EE.UU., ambos países construidos sobre historias migrantes. «Nos sentimos muy identificados», confiesa Sergio. ¿Acaso no somos todos un poco inmigrantes? No lo hacemos por gusto; hay necesidades profundas detrás de cada viaje. Ellos lo saben bien: desde pequeños han vivido desplazamientos forzados.
En este sentido, subrayan cómo los países necesitan a los migrantes para crecer y prosperar. Con una conexión palpable entre su trabajo artístico y sus propias vivencias personales, demuestran que el arte puede ser una poderosa herramienta para generar conciencia.
A pesar de residir en Granada, estos artistas logran captar esa esencia única neoyorquina que parece estar presente en cada rincón del planeta. Con planes ya en marcha para futuras colaboraciones con The New Yorker, nos dejan esperando emocionados lo que vendrá. Porque al final del día, todo se trata de compartir sentimientos e historias humanas que nos conectan más allá de cualquier frontera.