Este viernes se estrena un documental que promete desentrañar la compleja figura de Leni Riefenstahl, una cineasta alemana cuyas obras, aunque reconocidas por su técnica, están irremediablemente ligadas a la propaganda nazi. ¿Cómo es posible que alguien con tanto talento se haya alistado en las filas de un régimen tan oscuro?
Un legado inquietante
Riefenstahl dejó tras de sí más de 700 cajas llenas de rollos de película, cartas y diarios, un tesoro documental que el director Andres Veiel ha explorado para ofrecer una mirada íntima y crítica sobre su vida. En sus épicas películas como El triunfo de la voluntad, donde retrató al Führer como si fuera un dios, o Olympia, celebrando los Juegos Olímpicos bajo el prisma del nazismo, nos enfrentamos a un talento indiscutible pero también a una manipulación abominable.
No podemos obviar que Riefenstahl nunca mostró arrepentimiento; siempre defendió su falta de conciencia sobre los crímenes del Tercer Reich. “No le interesaba la política”, repetía como un mantra mientras su trabajo era pura propaganda. Y así se presenta en este nuevo documental: entre luces y sombras, cuestionando si el arte puede ser separado de las convicciones del artista.
A medida que navegamos por sus recuerdos y mentiras autojustificativas, surge la pregunta: ¿realmente fue una víctima o simplemente una cómplice? Su imagen pública estaba meticulosamente controlada; cualquier opinión adversa era perseguida judicialmente. Pero ¿acaso esto no es típico del victimismo? Durante años, ella misma se presentó como una sufridora después de la guerra, olvidando mencionar que solo pasó unas semanas en prisión.
Pese a todo lo mencionado, hay quienes todavía veneran su obra. Figuras como Quentin Tarantino, quien no dudó en calificarla como la mejor directora jamás vista. Una admiración inquietante cuando consideramos el eco contemporáneo del fascismo en discursos políticos actuales. La película muestra cómo esos ecos resuenan hoy con fuerzas extremistas ganando terreno alrededor del mundo.
A veces parece que estamos condenados a repetir la historia. Tras ver desfiles en Moscú o escuchar discursos plagados de xenofobia y odio hacia los migrantes, es imposible no recordar los métodos propagandísticos utilizados por Riefenstahl. Este documental llega en un momento crítico; quizás sea hora de reflexionar sobre qué tipo de historias queremos contar y qué legado decidimos dejar atrás.