La parroquia de Santa Creu se encuentra en una encrucijada. Ha llegado a nuestros oídos que el estado del campanario y el coro alto es, sencillamente, alarmante. Tras un estudio exhaustivo que ha durado ocho meses, los resultados son claros: estos elementos fundamentales han sido calificados con un preocupante ‘muy deficiente’. Y lo decimos sin rodeos; no podemos permitir que nuestro patrimonio caiga en el olvido.
Un llamado urgente
Nadal Bernat Salas, rector de esta emblemática iglesia, no ha dudado en expresar la urgencia del asunto. Desde 2021, él y su equipo han estado comprometidos con cuidar cada rincón de este histórico edificio. Como bien subraya, aquí se habla de más que ladrillos y mortero; estamos hablando de la esencia misma de nuestra fe cristiana. La rehabilitación no es solo necesaria; es esencial para preservar nuestra historia.
Pero esto no se queda ahí. El arquitecto José Velázquez Arjona ha aportado datos inquietantes: ¡más del 50% de los elementos analizados requieren intervención! Las humedades, fisuras y problemas estructurales están al acecho y necesitan atención inmediata. ¿Y qué hay del campanario? Ese símbolo sonoro que nos une a todos está pidiendo ayuda a gritos.
A medida que avanzamos hacia el futuro, es fundamental recordar nuestra herencia cultural. Las propuestas para restaurar estos espacios incluyen desde la impermeabilización hasta la consolidación estructural. Todo ello con un claro objetivo: mantener viva la memoria histórica mientras nos adaptamos a los tiempos modernos.
Así que aquí estamos, ante una oportunidad única para revivir la grandiosidad de Santa Creu. Este proyecto no solo busca salvar muros desgastados; busca reafirmar nuestra identidad comunitaria frente al paso del tiempo.