Hoy, la Llotja de Palma ha vibrado con una inauguración que quedará grabada en nuestra memoria: la exposición Paysage Miró, un homenaje al genial artista catalán. Con alrededor de 400 invitados en el recinto, la presidenta del Govern, Marga Prohens, no ha dudado en calificarla como «el mayor acontecimiento cultural de nuestra historia reciente». En sus palabras, este evento nos coloca a la altura de ciudades tan importantes como Washington o Tokio.
Una conexión profunda con Miró
La muestra La força inicial, que se puede disfrutar en La Llotja, alberga diez esculturas impresionantes que parecen dialogar con el propio edificio, construido entre 1426 y 1452. «Teníamos una deuda pendiente con Joan Miró», afirmaba Prohens durante su discurso, recordando a Pep Pinya, quien jugó un papel crucial en la relación entre Mallorca y este gran artista.
Frederic Pinya también nos ha llevado atrás en el tiempo al mencionar las piezas que ya deslumbraron en 1970 durante la histórica exposición de Pelaires. «La deuda con Miró está más que saldada», decía un emocionado Joan Punyet Miró, resaltando lo especial del día gracias a la colaboración de instituciones y colecciones privadas.
Los asistentes han podido disfrutar de obras emblemáticas como Oiseau lunaire, uno de los bronces más fotografiados por los visitantes. ¡Imagínense! En 1957, Miró soñaba con crear esculturas monumentales entre árboles y rocas de la costa mallorquina. Ahora ese deseo cobra vida nuevamente en esta exhibición.
Aunque muchos rostros conocidos estaban presentes —desde autoridades hasta artistas— lo cierto es que todos compartimos un sentimiento común: la emoción por volver a conectar con un legado tan impresionante. Así es cómo se forjan momentos inolvidables para una comunidad que siente cada rincón artístico como parte de su propia identidad.