Este pasado sábado, en la Oficina Municipal de Porto Cristo, se dio el pistoletazo de salida a una exposición que respira arte por los cuatro costados. Memòria viva, comisariada por el grupo Gin-Art, reúne a una veintena de artistas que rinden un sentido homenaje al gran Llorenç Ginard. Desde el 5 hasta el 31 de julio, todos podremos acercarnos y disfrutar no solo de sus obras originales, sino también de aquellas inspiradas en su legado.
Un diálogo entre generaciones
La idea detrás de esta muestra es clara: mantener viva la presencia e influencia del artista manacorí a través del tiempo. Así, los visitantes podrán admirar una diversidad impresionante que incluye desde pinturas hasta esculturas y otros formatos visuales. Todos estos trabajos dialogan entre sí, ofreciendo reinterpretaciones frescas y llenas de admiración hacia la obra de Ginard.
No podemos olvidar que Llorenç fue parte del emblemático Grup Dimecres, un movimiento que revolucionó las artes plásticas en Manacor durante los años 70. Fue un referente para muchos y uno de los impulsores de esas cenas donde se charlaba sobre arte y se compartían inquietudes. Con este homenaje, Gin-Art y el Ayuntamiento de Manacor nos recuerdan lo esencial que ha sido su contribución.
Así pues, esta exposición no solo busca visibilizar su trayectoria artística; también quiere ser un punto de encuentro para creadores actuales que provienen de épocas y disciplinas diversas. Artistas como Miquel Peñaranda, Ana Ametller o Joan Miquel Ramírez han aportado piezas propias en honor a Ginard. ¡Qué maravilla ver cómo cada uno añade su toque personal!
A veces parece más fácil seguir lo que marca el mercado, pero Antoni Sansó lo deja claro: “Esto no era lo que pensaba Llorenç”. Su forma única de entender el arte nos deja un legado rico y lleno de expresividad. En definitiva, Memòria viva no es solo una exposición; es un viaje emocional a través del tiempo donde cada obra cuenta una historia.