Desde el 2 de julio, el museo Es Baluard nos invita a sumergirnos en un universo donde la pintura y la fotografía se entrelazan. Bajo el nombre de Todas las imágenes son pinturas posibles, esta exhibición se presenta como el segundo capítulo de la trilogía curatorial Nachleben. Con 19 obras seleccionadas cuidadosamente, los visitantes podrán explorar cómo estas dos disciplinas artísticas no solo conviven, sino que se alimentan mutuamente.
Un diálogo artístico que sorprende
El director del museo, David Barro, explicó en la inauguración que “la fotografía no ha matado a la pintura; al contrario, es un aliado crucial para mostrar que la pintura puede reencarnarse y expandirse en otros medios”. Esta idea resuena en cada rincón del Espacio B del museo, donde cuadros inspirados en fotografías y fotografías que rinden homenaje a la pintura clásica se dan cita.
Entre los artistas destacados están Ignasi Aballí, Marina Abramovic y José Manuel Broto. Pero eso no es todo; también podemos encontrar obras de Jean-Marc Bustamante, Toni Catany y muchos más. Cada pieza cuenta una historia sobre cómo nuestra forma de ver ha cambiado gracias a esta fusión artística.
Soad Houman, quien dirige el Registro y Colección del museo, resalta que esta exposición también permite apreciar las últimas incorporaciones al fondo de Es Baluard. La muestra estará abierta hasta el 4 de enero de 2026, coincidiendo durante unos días con La pintura como arte conceptual, primera parte de esta interesante trilogía.