En una reciente charla llena de matices, el reconocido escritor Javier Cercas, autor de la obra más comentada del año, El loco de Dios en el fin del mundo, se sentó a dialogar con Inés Martín Rodrigo y Álex Sàlmon en el videopodcast Libros y Cosas. Este espacio, que emerge como un faro cultural, permite adentrarnos en los pensamientos profundos de Cercas sobre su última novela y su relación con temas tan trascendentales como la espiritualidad.
Una búsqueda personal en un contexto universal
Cercas, nacido en Ibahernando, Cáceres, no solo busca entretener con sus historias; más bien intenta conectar con las inquietudes humanas. En esta conversación sincera, revela que su libro nace de una pregunta muy íntima que formuló su madre durante toda su vida: «¿veré a mi marido cuando me muera?» Con estas palabras nos lleva a reflexionar sobre la esencia misma del ser humano y su necesidad de entender lo inexplicable.
Asegura que no pretende demostrar ni atacar nada; simplemente quiere crear un espacio donde el lector tenga la última palabra. Eso es lo que define a una novela: la libertad interpretativa. Para él, cada historia comienza desde lo pequeño y cotidiano para luego transformarse en algo monumental.
El autor destaca cómo el Vaticano le brindó una oportunidad única al abrirle sus puertas para explorar este gran misterio. Y así, sin ningún filtro, surgió un thriller que desafía las fronteras entre lo real y lo espiritual. A través de esta obra, Cercas une sus obsesiones personales con cuestiones fundamentales sobre religión e inmortalidad.
Cercas también comparte un pensamiento poderoso: «Europa es inimaginable sin el cristianismo». Aunque él mismo se define como ateo, se siente atraído por este tema central del cristianismo porque toca fibras sensibles dentro de todos nosotros. Es fascinante cómo logra convertir las preocupaciones privadas en discusiones colectivas sobre nuestra existencia.
Al final de la entrevista surge una pregunta interesante: ¿qué parte de Javier Cercas hay realmente en este libro? La respuesta no es sencilla. Reconoce que durante el proceso creativo incluso él estaba creando un personaje distinto; ese Javier Cercas dentro del libro es una versión transformada de sí mismo. Como dice él mismo: “El Loco sin Dios” refleja no solo sus luchas internas sino también la búsqueda común que muchos compartimos.