Hay momentos en la vida que parecen improbables, pero cuando los pruebas, te enganchan. ¿Quién puede resistirse a un buen capfico en invierno o a una ensaïmada rellena de sobrassada? Y así es como el ball de bot se encuentra con la música electrónica, dando lugar a Nastallat, un proyecto que ha llegado para revolucionar no solo Mallorca, sino también el panorama musical.
Un encuentro inesperado entre tradición y modernidad
Imagina una plaza durante el verano. Gente riendo y bailando al ritmo de unos zapatos que golpean el suelo. De repente, el sonido envolvente de sintetizadores y bajos comienza a resonar en el aire. Eso es Nastallat. Laia, una de sus fundadoras y voz principal, tiene claro su origen: “He bailado ball de bot desde hace años. Soy catalana, pero mis amigos mallorquines me han hecho amar esta danza”.
Pero no solo es amor por lo tradicional; Laia también lleva dentro su pasión por la música electrónica. Así surgió la pregunta mágica: ¿y si combinamos ambos mundos? Todo empezó gracias a Margalida, amiga mallorquina y pieza clave del proyecto: “Ella me animó a experimentar con la música electrónica sin perder la esencia del ball de bot”. Y así comenzó esta aventura musical.
Nastallat no solo se basa en crear música; busca también redefinir espacios donde compartirla. Laia explica que quieren llevar el ball de bot a festivales y conciertos, sin olvidar las tradiciones: “Respetamos profundamente las bailadas tradicionales. Pero queremos abrir nuevas puertas para esta música”, señala Pau, pareja de Margalida y director creativo del proyecto.
Con cada canción, Nastallat se convierte en un espacio colectivo donde todos aportan su talento. Y aunque al principio tuvieron algunas dificultades para hacer canciones realmente bailables, con Jaume en los estudios lograron dar forma a su sonido único: “Cada tema es una creación compartida”, dice Laia emocionada.
A medida que avanza este movimiento musical, más jóvenes se sienten atraídos por él. Las escuelas de danza en Mallorca están desbordadas con listas de espera; hay hambre por conectar con nuestras raíces culturales. Laia apunta que muchos jóvenes mallorquines fuera de la isla han redescubierto el ball de bot como un ancla emocional hacia casa.
Pau menciona cómo algunos críticos no ven con buenos ojos esta mezcla musical: “Cuando empezaron los comentarios negativos en redes sociales sentí alegría; era señal de que llegábamos más allá”. Para ellos, transformar lo tradicional es vital para mantener viva nuestra cultura.
A finales de junio presentaron su nuevo single, ‘Parado de Selva’, una canción vibrante que encapsula esa energía del verano recién comenzado. En definitiva, Nastallat representa una propuesta consciente; nos invita a bailar mientras nos recuerda quiénes somos y hacia dónde vamos.”