El Mallorca Live Festival se ha convertido en un auténtico escaparate de la música local, y esta octava edición no ha sido la excepción. En el escenario 2, David Cabot nos regaló una actuación que mezclaba el castellano y el catalán, un viaje sonoro que nos conectó con sus emociones más profundas. «Abrir para artistas tan grandes es un reto», confesó antes de subir al escenario. Pero lo hizo con ese brillo en los ojos que solo tienen aquellos que saben que están donde deben estar.
La energía de Maika Makovski y Peligro!
Y si David dejó su huella, Maika Makovski, con su inigualable versatilidad, fue la guinda del pastel. Su nuevo álbum, Bunker Rococó, grabado en Bristol, resonó como un eco poderoso en el festival. Antes de ella, la banda Peligro! había sacudido el Escenario 3 con su indie rock fresco y directo, demostrando una vez más que las letras crudas pueden tocar fibras sensibles.
Así, entre riffs distorsionados y melodías pegajosas, todos los presentes no solo disfrutamos de buena música; vivimos una experiencia única donde cada acorde creaba una conexión visceral entre los artistas y nosotros. Este festival se reafirma como un espacio donde el talento local no solo se muestra, sino que deja huella. ¿Quién puede resistirse a eso?