En un rincón especial del Museu Sa Bassa Blanca, seis vestidos infantiles de Ágatha Ruiz de la Prada se entrelazan con retratos históricos que hablan de príncipes y aristócratas. Esta mágica conexión es fruto de la amistad entre la diseñadora y el artista Ben Jakober, quienes se conocieron en casa de Cristina Macaya. Gracias a ellos, esta exposición única abre sus puertas en Alcúdia, donde moda y arte se dan la mano como nunca antes.
Una Exposición que Trasciende el Tiempo
La inauguración fue todo un acontecimiento: allí estaban los fundadores del museo, así como Ágatha, quien ha encontrado en Mallorca un segundo hogar. Los cuadros que acompañan sus diseños son una selección impresionante, un total de cincuenta retratos que han sido cuidadosamente elegidos para dialogar con los coloridos vestidos. Estos retratos pertenecen a una colección llamada ‘Nins’, repleta de historia desde el siglo XVI hasta el XIX. «Cada uno representa un mundo donde los niños eran símbolo del poder y riqueza», señala Ben Jakober mientras mira con admiración las piezas expuestas.
Ruiz de la Prada también ha compartido su entusiasmo por este proyecto tan esperado. De hecho, rememora cómo todo comenzó hace años, cuando el museo estaba bajo otra dirección y soñaban con unir sus creaciones a estas obras maestras. Con una sonrisa, añade que es un honor ver su trabajo cuidado aquí: «Aunque me da pena separarme de ellos, sé que estarán bien atendidos».
La fusión entre moda y arte parece ser más importante que nunca; como bien apunta Ágatha: «En museos alrededor del mundo hay cada vez más exposiciones dedicadas a diseñadores contemporáneos». Su pasión por crear cosas para niños es contagiosa; desde juguetes hasta ropa espectacular. Como abuela reciente, no puede ocultar su alegría al hablar sobre esto: «He querido tener un nieto durante más de 20 años».