Enclavado en la impresionante costa norte de Mallorca, el Nido de Águilas se presenta como la casa más cara de Formentor, con un precio que deja sin aliento: 24 millones de euros. Este emblemático chalet, levantado a finales de los años sesenta y erigido sobre un acantilado, abarca nada menos que 900 metros cuadrados distribuidos en tres cuarteradas de terreno. Un auténtico lujo que nos invita a reflexionar sobre lo que significa vivir rodeados de tanta belleza.
La primera vez que escuché hablar del Nido de Águilas fue durante una conversación entre colegas. Un fotógrafo veterano me llevó por el camino hacia el hotel Formentor y, como parte del ritual, me mostró el muro exterior de esta majestuosa propiedad. Con cada palabra, me transportó a una historia llena de leyendas y anécdotas que bien podrían haber sido parte de una novela. No es para menos; su construcción ha pasado desapercibida desde el asfalto, casi oculta tras las curvas del camino.
Colección privada o sueño inalcanzable
El Nido no solo destaca por su ubicación privilegiada y su diseño impresionante; también cuenta con siete habitaciones y nueve cuartos de baño, además de dos piscinas deslumbrantes. A pesar del término «chalet» que le adjudican, aquí se está hablando realmente de un gigante arquitectónico. La propiedad es administrada por Veronica SL, cuya directora es una mujer suiza al mando de todo este entramado tan exclusivo.
A medida que se revelan los detalles sobre esta joya inmobiliaria, es imposible no pensar en las cifras desorbitadas que acompañan este tipo de transacciones. De hecho, el precio inicial ha sufrido una notable rebaja desde los 40 millones que se mencionaban antes. Aunque eso no debería hacernos olvidar que 24 millones sigue siendo un monto muy alejado del salario medio anual en España.
Nadie puede negar la grandeza del Nido; sin embargo, también hay quienes aseguran que esto es solo la punta del iceberg. Algunos expertos ya hablan incluso de propiedades en Formentor valoradas hasta en 35 millones. Y así estamos nosotros, mirando cómo este lujo extremo convive con nuestra realidad cotidiana mientras seguimos preguntándonos si alguna vez podremos permitirnos algo tan espectacular.