La fotografía para muchos es solo una técnica, pero para Flora Cabot Aguiló, una joven de veintitrés años nacida en Sóller, es mucho más que eso. Es su forma de recordar, reivindicar y resistir. Con cada clic de su cámara, Flora no solo captura imágenes; recoge un legado cultural que late con fuerza en Mallorca. Desde las historias contadas por su abuela hasta los caracoles con vinagre y los vestiditos de Es Firó, su trabajo se convierte en un homenaje a lo que realmente somos.
Las raíces que inspiran
Flora comenzó su viaje artístico desde muy pequeña. Tras completar el bachillerato artístico en el IES Josep Maria Llompart, se mudó a Granada para estudiar Bellas Artes. Pero tras dos años, volvió a la isla con una idea clara: «Siempre tenía en mente que quería ser fotógrafa». Así fue como decidió formarse en el Centro de Estudios Fotográficos (CEF), donde profundizó en la iluminación y el tratamiento de imagen.
Su primer gran proyecto personal surgió del ambiente festivo y tradicional de Sóller. En un momento donde Es Firó estaba al alza, Flora se sumergió en sus tradiciones: «Quería entenderlo todo: la vestimenta, las costumbres… respetando la historia del pueblo». De ahí nació “De tradiciones y esperanzas”, una serie fotográfica sobre la vestimenta tradicional que recibió una gran acogida en su primera exposición.
A través de estas experiencias ha notado un cambio entre las nuevas generaciones: «Cuando tenía dieciocho años y salía por Es Firó, no veía tanto respeto hacia la tradición como ahora». Su observación resuena con entusiasmo por el interés renovado que sienten sus amigos por aprender danzas tradicionales o tocar instrumentos autóctonos.
En otra etapa creativa, Flora participó como finalista del certamen d’Art Jove, donde planteó una pregunta sencilla pero profunda: ¿qué llevarías dentro de un baúl de recuerdos? Para ella, ese baúl estaría lleno de cultura mallorquina. Recordando anécdotas familiares, eligió compartir “La flor romanial”, una rondalla narrada por su abuela.
A pesar del amor por su tierra y sus tradiciones, Flora no oculta las dificultades a las que se enfrenta al querer vivir de la fotografía en Mallorca: «Aquí si quieres oportunidades tienes que crearlas tú mismo». La escasez laboral empuja a muchos jóvenes creativos a buscar suerte fuera.
Aun así, no pierde la esperanza. Flora sigue adelante con proyectos como “De tradiciones y esperanzas”, buscando documentar las fiestas populares alrededor de toda Mallorca. Su obra va más allá; dignifica nuestras costumbres y conecta con nuevas audiencias, convirtiendo su cámara en una herramienta fundamental para preservar nuestra identidad cultural.