En un acto que prometió transformar el rostro cultural de la ciudad, Palma ha presentado su candidatura para convertirse en la Capital Europea de la Cultura en 2031. El alcalde, Jaime Martínez, y el regidor de Cultura, Javier Bonet, hicieron oficial esta aspiración en un evento lleno de ilusión celebrado en la Fundació Miró Mallorca. «Esto no es solo para atraer más turistas», enfatizó Martínez, dejando claro que el objetivo es mejorar la vida de los residentes.
Una apuesta por los que viven aquí
A medida que desgranaba las intenciones detrás de esta ambiciosa propuesta, el alcalde subrayó su deseo de crear una Palma «más justa y amable». No se trata simplemente de abrir las puertas a más visitantes; lo que realmente buscan es calidad de vida. Se quiere dar un giro al turismo tradicional, apostando por una cultura que respete nuestro territorio y nuestras raíces.
Bajo el lema ‘La Mediterrània in Motion’, impulsado por el creativo Tomás Oliva, esta campaña promete ser inclusiva y accesible para todos. «Queremos una cultura sin barreras», aseguró Martínez. La idea es dar voz a esos colectivos muchas veces olvidados y fomentar una participación ciudadana activa.
Pero esto no acaba aquí. El camino hacia 2031 está lleno de pasos estratégicos: mesas profesionales independientes se formarán para asegurar que cada decisión refleje las necesidades y deseos de nuestra comunidad. Se presentará un programa cultural sólido con miras a conectar con Europa durante todo ese año.
Así que ya lo saben: si Palma logra ser elegida entre tantas otras ciudades candidatas como Granada o Toledo, podrá optar también al Premio Melina Mercouri dotado con 1.5 millones de euros. Eso sí, aún queda mucho por hacer y definir antes del 27 de diciembre. Pero una cosa es clara: los palmesanos tienen la oportunidad ahora mismo de imaginar juntos su futuro cultural.