Una vez más, la feria del libro se instala en nuestra plaza, y con ella surge una pregunta que nos toca a todos: ¿qué significa realmente leer literatura? Es un tema que nunca deja de ser relevante. Julio Cortázar escribió que al principio de los tiempos solo existía el miedo. Y es ese mismo miedo lo que nos lleva a buscar otras realidades, a soñar con vidas alternativas que parecen lejanas pero también cercanas.
La magia de las historias
Recordemos aquellos cuentos antiguos que comenzaban con un «Era una vez…». Con esas palabras entramos en el mundo de la ficción, donde nuestra imaginación comienza a volar. Nos dejamos llevar por recuerdos y vivencias, por relatos que hemos escuchado o visto. Cada historia se convierte en una creación única, marcada con nuestra huella personal.
Cuando leemos o escuchamos historias, tenemos el poder de transformar la realidad y dar forma a un nuevo universo en nuestra mente. Como dijo el diablo a Eva: «Seréis como dioses», porque así es como creamos nuevas realidades; las palabras cobran vida y nos sorprenden evocando episodios olvidados de nuestras propias vidas.
No hay nada como recordar aquellas voces de infancia narrando relatos familiares o aventuras fantásticas; esas anécdotas llenas de emoción jamás se desvanecerán. La cadencia de quien cuenta es lo que hace mágico cada relato; es un viaje a través del tiempo y la memoria.
Cuando afirmamos que la construcción de un lector empieza mucho antes de aprender a leer, hablamos del poder de contar historias en voz alta. Este proceso no solo facilita entender el texto escrito más adelante, sino que crea un vínculo esencial entre el oyente y la narración misma. En este viaje literario, pasamos del sonido envolvente del narrador al silencio imaginativo del lector.
A medida que avanzamos en esta aventura literaria, descubrimos no solo mundos nuevos sino también nuestros propios deseos proyectados sobre ellos. La lectura se convierte así en una experiencia compartida entre el texto y nosotros mismos, donde cada uno aporta su interpretación personal. Esa voz interna murmura y guía nuestros pensamientos mientras construimos significados sobre cada palabra escrita.
Finalmente, sumergirse en un libro es abrir una puerta a infinitas posibilidades; es dar vida a criaturas nacidas de nuestras propias aspiraciones e imaginaciones. Así que dejémonos llevar por esa aventura literaria donde cada página se transforma en una nueva oportunidad para soñar.