Águeda Camacho Fernández es una mallorquina que ha recorrido medio mundo en busca de su lugar en el ámbito profesional. Desde vivir en Madrid hasta trabajar en París, hoy se encuentra en Milán desempeñando su labor como Marketing Executive para el grupo internacional Vorwerk, famoso por productos como Thermomix. «La gente siempre tiene envidia», dice con una sonrisa, «su lugar de vacaciones es mi casa». Pero detrás de esa afirmación hay todo un camino lleno de sacrificios.
Un desafío constante
Aprender italiano fue solo una pequeña parte del reto al que se enfrentó al dejar su hogar. La nostalgia la acompaña cada día. «Nada se compara con un llonguet de sobrassada o pasar tiempo con la familia», confiesa. Su primer gran salto fuera de la isla llegó en 2021 cuando decidió mudarse a Madrid para hacer un máster en Dirección de Empresas de Moda. Una experiencia enriquecedora que le abrió muchas puertas, aunque la búsqueda laboral tras terminarlo fue dura: «Los salarios son muy bajos, especialmente en moda». Así que no le quedó otra opción que mirar hacia afuera y apuntar alto.
Fue entonces cuando consiguió trabajar para Yves Saint Laurent en París, algo que muchos consideran un sueño hecho realidad: «Era como estar dentro de una película», recuerda Águeda. Sin embargo, vivir lejos no ha sido fácil. Adaptarse a nuevas ciudades y culturas es una montaña rusa emocional: «A veces me planteo si estaría mejor aquí con mis padres y amigos», reconoce.
A pesar de las dificultades, Águeda siente que cada experiencia la ha hecho crecer tanto personal como profesionalmente. En Italia asegura haber encontrado más similitudes con España: «Es lo más parecido a casa». Pero no oculta lo complicado que es empezar desde cero: «Crear tu vida desde nada no es sencillo», admite con sinceridad.
Cada vez que habla de Mallorca, sus ojos brillan. Para ella, la cocina española es insuperable; nadie puede igualar un buen llonguet o una ensaïmada con Laccao fuera de su tierra natal. Aunque actualmente está construyendo su futuro lejos del sol balear, tiene claro que volverá algún día: «No sé cuándo ni cómo, pero volveré a España seguro». Y cuando presenta su identidad siempre enfatiza: «Soy Águeda, ¡de Mallorca!». Esas palabras reflejan el orgullo por sus raíces y los recuerdos entrañables que guarda.