Hoy, la Reina Letizia ha inaugurado la esperada Feria del Libro de Madrid, un evento que atrae a lectores y amantes de las letras. Desde primera hora, el Paseo de coches del Retiro se llenó de un público ansioso por disfrutar de este festín literario. La monarca, con su conocido interés por la lectura, no dudó en recorrer los stands, charlar con libreros y saludar a los lectores que la esperaban emocionados.
Un recorrido lleno de sorpresas
A pesar de que se anunciaba un calor extremo para hoy, lo cierto es que el ambiente era aún más sofocante. A media mañana ya se sabía que el Retiro cerraría sus puertas antes de lo previsto debido a los fuertes vientos derivados del calor. Pero eso no impidió que la reina disfrutara al máximo su visita.
Los libros fueron los verdaderos protagonistas: desde catálogos museísticos hasta poesía francesa y obras menos conocidas. Cada stand ofrecía a Letizia una pequeña selección de títulos, mostrando así su faceta como una verdadera amante de la literatura. Todos los editores coincidían: es una reina lectora, apasionada y muy conocedora del sector editorial.
Acompañada por el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, y otros representantes importantes del ámbito cultural, Letizia hizo su primera parada en el stand del ministerio donde se llevó varios tomos pesados relacionados con exposiciones actuales. Se hacía evidente que disfrutaría llevando consigo esas joyas literarias.
Durante su recorrido, no solo paró para hacer fotos con grupos escolares entusiastas que gritaban su nombre; también tuvo tiempo para hacer visitas inesperadas. En Tipos Infames conversó con Gonzalo Queipo sobre un libro ilustrado por Rodrigo Cortés. Aunque no se llevó ese ejemplar específico, quedó claro que conoce bien las librerías locales.
A medida que avanzaba entre stands repletos de creatividad e innovación literaria, recolectaba recomendaciones como si fueran caramelos: desde ‘Hasta que empieza a brillar’, dedicado a María Moliner, hasta otras obras contemporáneas variadas. Su habilidad para conectar con cada uno mostraba cuánto le importa realmente el mundo literario.
El recorrido culminó en un pabellón infantil donde niños dibujaban animadamente escenas basadas en cuentos. La reina se sentó junto a ellos, compartiendo risas y ayudando con sus creaciones bajo una calidez aplastante que parecía afectar incluso a los periodistas allí presentes.
Poco después llegó la noticia del cierre anticipado del Retiro debido al clima adverso. Aunque fue un inicio complicado para esta feria prometedora llena de expectativas literarias, lo cierto es que hoy Madrid ha vibrado al ritmo de las palabras y la pasión por los libros.