Han pasado siete meses desde que la dana arrasó numerosos comercios en Valencia, y hoy las librerías vuelven a vibrar. Entre estanterías que recuperan su vida y cajas de pedidos, los locales se llenan de clientes ansiosos por reencontrarse con la magia de los libros. Este renacer no solo representa una recuperación económica, sino también un soplo de aire fresco para la vida cultural de nuestros pueblos.
La Moixeranga resurge en Paiporta
En Paiporta, uno de esos lugares emblemáticos es la librería La Moixeranga, que reabrió sus puertas este miércoles después de haber sido devastada por el desbordamiento del barranco del Poyo. Eva y Arantxa, sus propietarias, han trabajado sin descanso para devolverle a la comunidad un espacio donde compartir conocimientos y disfrutar de eventos literarios.
“No ha sido fácil”, confesaban antes de ver cómo el local se llenaba nuevamente. Para ellas, este regreso simboliza un nuevo comienzo: “Volvemos a donde nos quedamos hace siete meses”. La emoción era palpable entre las clientas habituales como Flor, Empar y Paqui, quienes consideran que esta librería es esencial para el tejido social del pueblo: “Que vuelva a abrir La Moixeranga es volver a la normalidad”. Y parece que la comunidad ha respondido; la plaza estaba rebosante de gente dispuesta a celebrar esta reapertura.
A medida que otras librerías comienzan también su camino hacia la recuperación, como Bufanúvols en Catarroja o Passarella en Picanya —que abrirá pronto— el sentido colectivo de resiliencia se siente más fuerte que nunca. Cada vuelta al negocio es una victoria para todos. Guillermina Spiekerman recuerda cómo su tienda fue arrastrada por las aguas: “Al principio fue un caos total; sin embargo, siempre tuvimos claro que íbamos a volver”. Y así lo han hecho; cada libro vendido es una celebración del esfuerzo conjunto y del cariño incondicional recibido durante estos meses difíciles.