En un giro que ha dejado a muchos boquiabiertos, el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ha alzado la voz este sábado en Barcelona para dejar claro que el fondo KKR, conocido organizador de grandes festivales en España, «no es bienvenido» en nuestro país. Y su razón no puede ser más contundente: su implicación con los asentamientos ilegales en Palestina.
El asunto ha generado una ola de controversia. Artistas y grupos musicales han decidido cancelar sus actuaciones o exigir explicaciones sobre las conexiones entre sus eventos y este fondo, al que acusan de ser cómplice del «genocidio palestino». Mencionar nombres como Viña Rock, Arenal Sound o FIB Benicàssim ya nos hace pensar en lo mucho que hay en juego. Y aquí es donde entra Sumar, preguntando abiertamente al Gobierno qué opina sobre estas inquietantes revelaciones.
La cultura no se vende ni se mancha
En sus declaraciones, Urtasun fue directo: «Los fondos que participan en la expansión de asentamientos ilegales no tienen cabida aquí», enfatizando que la cultura española debe mantenerse alejada de cualquier tipo de mancha. Preocupado por cómo esta situación está afectando a los festivales españoles, subrayó que algunos artistas ya han optado por dar un paso atrás ante la presencia de KKR.
No podemos quedarnos callados ante esto. El ministro también hizo hincapié en la necesidad urgente de establecer medidas para bloquear a estos fondos que juegan con algo tan serio como la vida y los derechos humanos. Propuso incluso suspender el acuerdo comercial entre la Unión Europea e Israel para asegurarse de que no puedan expandir su influencia perjudicial.
Es evidente que estamos ante un cruce crítico entre cultura y ética. Así lo vemos todos nosotros; debemos defender lo nuestro y proteger nuestra identidad cultural frente a aquellos que pretenden convertirla en un mero negocio sin escrúpulos.