Patricia Evangelista, una periodista filipina que ha vivido en carne propia la brutalidad desatada durante el mandato de Rodrigo Duterte, presenta su nuevo libro ‘Que alguien los mate’. En él, cuenta cómo lo terrible se volvió parte del día a día en Filipinas, con miles de ciudadanos cayendo bajo el fuego cruzado de una guerra contra las drogas que prometía limpiar el país y que, irónicamente, acabó por llenar las calles de sangre.
El legado oscuro de Duterte
Desde que Duterte llegó al poder en 2016, sus palabras resonaron como una amenaza. Con un discurso directo y sin tapujos, anunció su intención de eliminar a drogadictos y narcotraficantes. Patricia recuerda cómo escuchaba esas promesas escalofriantes mientras cubría la cacería humana orquestada por el gobierno. «No hay muchos líderes que digan abiertamente ‘mataré a mis propios ciudadanos’ y luego lo hagan», reflexiona. Y así fue; entre ejecuciones extrajudiciales y un imperio del terror, Duterte cumplió su palabra.
Las cifras son aterradoras: se estima que entre 27.000 y 30.000 vidas fueron segadas bajo este régimen brutal. Muchos eran consumidores ocasionales o simplemente personas atrapadas en una situación desesperada. Sin embargo, para Duterte, cada uno era un objetivo legítimo. «Él no cree en la rehabilitación; solo cree en el castigo», añade Patricia con pesar.
Aún más inquietante es ver cómo Duterte sigue teniendo una influencia significativa incluso desde prisión. Ganó nuevamente las elecciones a la alcaldía de Davao mientras enfrentaba acusaciones por crímenes contra la humanidad. ¿Cómo puede ser posible? Para muchos filipinos, parece que la memoria es corta o tal vez están demasiado acostumbrados a esta realidad desgarradora.
Patricia ha sido testigo del sufrimiento en sus propias carnes; recibió amenazas por ser periodista y tuvo que abandonar Manila temporalmente por su seguridad. Pero eso no detuvo su misión de contar la verdad sobre lo sucedido: «Aunque ahora mismo no me preocupa tanto mi seguridad física, siempre está presente esa sombra», confiesa.
Su obra no solo es un testimonio valiente sino también un grito desesperado por justicia. Al presentar ‘Que alguien los mate’, Patricia se convierte en portavoz de aquellos que han perdido todo: «Muchos ven esto como normalidad porque han crecido rodeados del horror».
Con este libro espera abrir los ojos a quienes aún creen que estos problemas pueden ser resueltos con violencia; el verdadero camino pasa por entender la adicción como una enfermedad y no como un crimen.