Esporles, ese encantador pueblo que parece salido de un cuento, se transforma en un escenario de fantasía con la llegada del Festival Contesporles. Este año, su sexta edición ha sido todo un éxito, repleta de actividades que han acercado a grandes y pequeños a las leyendas y relatos que forman parte de nuestra rica tradición mallorquina.
Un día lleno de aventuras
Imagina llegar a este lugar idílico, rodeado de campos llenos de flores y pinos que susurran historias al viento. Así es como muchos comenzaron su jornada el pasado domingo, gracias al esfuerzo desinteresado de voluntarios locales y el apoyo del Ayuntamiento. La emoción flotaba en el aire desde el primer momento.
Los más madrugadores tuvieron la oportunidad de conocer a Celestí, el adorable ratoncito bibliotecario que encabezó un colorido pasacalles junto a los Dimonis Bocsifocs y la batucada Batukadell. ¡Qué espectáculo!
Poco después, los pequeños aventureros se embarcaron en una excursión por las calles del pueblo para descubrir mitos y leyendas locales. Aunque no vieron a los ermassets ni a la mujer de agua de sa Font de Son Trias, disfrutaron explorando cada rincón antes de regresar al bullicio del Passeig. Allí se alineaban puestecitos repletos de cuentos e ilustraciones traídas por librerías como Quart Creixent o Drac Màgic.
No solo había libros: ¡la diversión estaba asegurada! En la Placeta del Jardinet, los niños disfrutaban comiendo palomitas y jugando en columpios mientras escuchaban historias como ‘Un día de pesca’, donde los personajes cobraban vida ante sus ojos.
Catalina Valriu animaba a todos con sus Contes contats, incluyendo lengua de signos para hacer accesibles las historias a todos. Y no faltaron marionetas ni cuentacuentos que cautivaron tanto a jóvenes como adultos.
A lo largo del día hubo algo para todos: talleres creativos, lecturas interactivas y hasta vermut para disfrutar entre amigos en alguno de los bares locales. Porque sí, Esporles siempre nos invita a volver; cada visita es una nueva aventura llena de recuerdos mágicos.