Carme Vives, la voz del grupo Reïna, ha compartido con nosotros su experiencia y reflexiones sobre el panorama musical en Mallorca. A ritmo de rubiols y riffs, su pop mallorquín no pide permiso y está listo para subir al escenario del Cranc Illa de Mallorca Festival, donde cerrarán la gira de su segundo álbum, Retirada a temps. Desde Manacor hasta donde sea necesario, este grupo ha demostrado que la música puede florecer incluso en tiempos complicados.
El camino hacia el escenario
Cuando comenzaron a hacer música juntos durante la pandemia, no sabían si realmente funcionaría. El primer disco fue un experimento; las canciones nacieron a distancia, lo que les dio un aire especial. Pero con Retirada a temps, han encontrado una energía renovada. “Ahora tenemos claro lo que hacemos”, dice Carme, quien resalta la influencia de los grupos manacorins que han dejado huella en su sonido.
A pesar del creciente interés por la música en catalán entre los jóvenes, Carme subraya una realidad inquietante: “Hay más gente que quiere escucharnos que lugares donde podamos tocar”. Un grito desesperado por espacios adecuados para dar vida a esa pasión compartida. La carencia de salas autogestionadas se siente como un freno para todo ese talento emergente.
Aun así, están emocionados por participar en el festival: “Es una gran oportunidad”, comenta con entusiasmo mientras vislumbra un evento lleno de actividades y propuestas frescas.
Cada vez más artistas están surgiendo con estilos variados y únicos. La diversidad es clave; cada grupo tiene su propia personalidad y eso es lo bonito. No importa si son locales o no; lo esencial es que aporten algo nuevo.
Haciendo un paralelismo entre su música y la gastronomía local, Carme menciona los rubiols: “Son dulces pero también tienen sus contrastes”, reflejando así el espíritu de Reïna. Con influencias musicales desde el brit-pop hasta artistas locales como Saïm o Roig, esta mezcla se traduce en letras llenas de matices genuinos de Mallorca.
En definitiva, Carme Vives y Reïna nos recuerdan que la música es más que melodías; es un vehículo emocional que merece ser escuchado y celebrado en cada rincón de nuestra isla.