Richard Gere, ese actor que todos conocemos y admiramos, ha llegado a Barcelona para presentar un documental titulado Sabiduría y felicidad, donde se hace eco de las enseñanzas del Dalái Lama. En una conversación con periodistas, no pudo evitar desviar la mirada hacia la política actual de su país. «¿Sabéis adónde voy ahora?», lanzó a los presentes con curiosidad. Su respuesta fue contundente: «A visitar el barco de Open Arms». Un gesto que resuena fuerte en un mundo donde hay quienes necesitan ayuda desesperadamente.
La voz crítica de Hollywood
A lo largo de esta jornada en Barcelona, Gere no solo presentó su película; también dejó clara su opinión sobre Donald Trump y cómo él y su entorno parecen jugar a romper todo lo que encuentran a su paso. «Nadie sabe realmente qué está haciendo», reflexionó el actor, dejando entrever su frustración ante un sistema que premia la incertidumbre.
Para Gere, el mensaje central del Dalái Lama es claro: todos somos iguales. Sin embargo, ser una estrella de cine significa llevar una carga diferente. «Mi trabajo es ser actor, pero eso no me hace mejor que nadie», matizó con una sonrisa sincera.
Mientras tanto, observaba con incredulidad cómo muchos políticos republicanos han olvidado sus propios principios al apoyar políticas dañinas e injustas. Esta falta de coraje le preocupa profundamente: «¿Dónde están los demás? Todos están siendo humillados», lamentó.
Aunque Richard Gere se mueve en un mundo lleno de luces y cámaras, mantiene viva esa llama de compasión que parece escasear hoy en día. Su viaje a Barcelona no fue solo por el estreno del documental; fue una oportunidad para recordar que hay más en juego: nuestra humanidad compartida.