En el corazón de Mallorca, donde la belleza natural contrasta con realidades más sombrías, surge ‘La innocència’. Este cortometraje, protagonizado por Miki Durán y Andreu Fullana, comenzó su rodaje ayer en Santa Eugènia, marcando el inicio de una historia que no solo entretiene, sino que también invita a reflexionar sobre un tema doloroso: las desapariciones y secuestros infantiles.
Una mirada inquietante a la inocencia perdida
‘La innocència’ nos lleva a una Mallorca menos conocida, aquella que va más allá del sol y la playa. Aquí, entre montañas y paisajes rurales, se explora la vida de los niños desaparecidos y las imprudencias que pueden cambiarlo todo en un instante. En palabras de Fullana: «Es vital hablar sobre estos temas; hay muchos niños que nunca regresan a casa».
El pequeño Pablo, interpretado por el prometedor Marc Miralles, será el centro de esta historia cargada de emoción. Acompañado por Laura, una joven treintañera atrapada en un accidente automovilístico, Pablo se convierte en su única esperanza. Pero la llegada inesperada de un turista canario llamado Jonás transforma radicalmente lo que parecía ser una simple trama de ayuda.
Las primeras escenas están filmándose en emblemáticos lugares como el Bar Can Prim y la plaça Bernat, donde el ayuntamiento sirve como cuartel general ficticio. Los planes son ambiciosos: después de Santa Eugènia, seguirán rodando por rincones mágicos como Fornalutx y Escorca. Según Fullana, «si conseguimos más financiación podríamos incluso rodar un día extra en Madrid».
Dirigido por Miki Durán, este cortometraje está diseñado para tocar las fibras más sensibles del espectador. La idea es conectar emocionalmente con ellos desde una situación cotidiana para llevarlos al límite. Como explica Durán: «Queremos desafiar las expectativas del público; al final uno de los personajes no es quien parece ser».
‘La innocència’ se desarrolla durante el día de Sant Antoni y busca generar conciencia sobre un problema muy real que afecta a tantas familias alrededor del mundo. Es más que un simple relato; es una llamada a la acción para proteger lo más valioso que tenemos: nuestros niños.