En una cálida mañana en Barcelona, Rosa Ribas se encuentra rodeada de libros y lectores ansiosos por conocer su nueva obra, ‘Los viejos amores’, la cuarta entrega de su serie negra sobre la peculiar familia de detectives, los Hernández. En esta charla sincera, no sólo nos habla de su novela, sino también de un tema que le indigna profundamente: el negocio perverso de los estafadores del amor.
«Las redes sociales son un campo de batalla donde muchos caen», nos cuenta Ribas. Ella misma ha recibido mensajes escalofriantes de personas que dicen ser militares enamorados o hombres mayores que han perdido a sus esposas. «Es un bombardeo constante; si alguien está pasando por un momento delicado o tiene baja autoestima, es muy fácil engancharlo con estas mentiras», añade.
Un duelo que va más allá
Ribas resalta cómo estos depredadores utilizan tácticas psicológicas para acercarse a sus víctimas, haciéndolas sentir especiales y deseadas. «Son como hienas lanzándose sobre los heridos», denuncia con firmeza. Y no se trata solo de mujeres mayores; también hay hombres atrapados en esta trampa cruel.
A través de su novela, Ribas explora cómo el duelo afecta a cada personaje. La historia sigue a Mateo y su familia mientras investigan quién engañó a una vecina antes de su muerte. Cada uno lleva su dolor como puede; Lola busca consuelo en las sombras de su habitación, mientras Mateo siente la necesidad urgente de visitar el cementerio.
La autora asegura que todos debemos reflexionar sobre este fenómeno: «Nadie se detiene a pensar en lo fácil que es caer cuando uno se siente vulnerable». Y es cierto: ¿cuántos hemos conocido personas que no eran lo que parecían? La educación romántica muchas veces alimenta estas ilusiones dañinas.
A pesar del dramatismo detrás del tema, el relato familiar mantiene una conexión visceral con el lector. Los Hernández son personajes complejos pero entrañables; aunque puedan parecer inverosímiles, reflejan esas dinámicas familiares complicadas que todos conocemos.
Ribas quiere llevarnos al límite emocional sin recurrir a la violencia gratuita ni al morbo típico del género negro. Su objetivo es crear tensión entre personajes llenos de conflictos personales y morales; lo cotidiano puede ser tan emocionante como cualquier thriller si sabes mantener el suspense.
Así avanza Rosa Ribas con su narrativa envolvente, dejando claro que cada entrega revela más secretos sobre esta intrigante familia llena de matices y sorpresas por descubrir.