En una charla íntima, María Dueñas, la aclamada escritora de Puertollano, nos recibe con una sonrisa que irradia alegría. A punto de lanzar su nueva obra ‘Por si un día volvemos’, nos lleva de la mano hacia el Argel de principios del siglo XX, un viaje literario donde la emigración española cobra vida. En esta conversación, celebramos no solo sus historias, sino también el apasionante mundo literario que ha cultivado durante más de 15 años.
La escritura como necesidad vital
Con un brillo especial en los ojos, María se abre sobre su relación con la escritura. «Escribo porque siento una responsabilidad profesional y personal; es mi manera de crear mundos y compartirlos con los demás», confiesa. Para ella, cada novela es un aprendizaje continuo. La autora se aleja del ritmo frenético que a veces rodea a los escritores; no tiene prisa por publicar cada año. «No tengo ninguna necesidad de hacerlo», afirma con determinación.
Cambiando su vida académica por la narrativa, nos cuenta cómo esa experiencia le dio herramientas valiosas: «La escritura académica me enseñó a ser precisa y rigurosa; esas habilidades son fundamentales al contar historias». Pero lo más interesante es cómo aborda el proceso creativo: no siente vértigo ante el lanzamiento de nuevas obras porque sabe que lo importante es disfrutar del viaje.
«Nunca he considerado perdido el tiempo invertido en escribir», dice mientras sonríe pensativa.
Su amor por las palabras es palpable: «Siempre he tenido una conexión especial con el lenguaje; me resulta natural hablar bien y comunicarme», comparte entre risas. Sin embargo, no todo ha sido fácil; sus experiencias familiares le han hecho apreciar aún más su don para jugar con las letras.
A medida que avanza la conversación, toca temas profundos sobre su trayectoria literaria y el impacto del tiempo en su vida personal y profesional. “Cumplí 60 años y me quedaría aquí para siempre”, revela sin titubear.
Finalmente, cuando le pregunto sobre sus lectores, responde con cariño: “Me encanta saber que mis novelas llegan a personas muy diversas”. Es esa conexión genuina lo que realmente importa para María Dueñas: crear puentes entre mundos distintos a través de sus palabras.