Mario Vargas Llosa, el maestro de la literatura hispanoamericana, ha dejado una huella imborrable en Madrid. Desde que decidió hacer de esta vibrante ciudad su hogar hace más de dos décadas, se convirtió en un referente cultural y político. Su conexión con la capital española es tan profunda que a lo largo de los años ha recibido múltiples reconocimientos por parte del Ayuntamiento y la Comunidad, reflejando no solo su grandeza literaria, sino también su papel como madrileño adoptivo.
Un viaje a través del tiempo
En 2010, cuando recibió el título de Hijo Adoptivo de Madrid, el entonces alcalde Alberto Ruiz Gallardón destacó las virtudes del autor peruano: «Madrid reconoce hoy en Mario Vargas Llosa al cosmopolita de raza». Estas palabras resonaban con fuerza porque simbolizaban el reconocimiento no solo a su obra, sino a sus ideales liberales y su amor por las sociedades abiertas. El escritor recordó cómo había llegado a una ciudad que era aún un poco provinciana en los años 50, y cómo había sido testigo de su transformación hasta convertirse en la gran metrópoli que conocemos hoy.
Con cada galardón que recibía —como la Medalla de Oro otorgada por la Comunidad en 2015— Vargas Llosa no hacía más que reafirmar su compromiso con Madrid. En aquellos momentos compartía su visión sobre una ciudad donde todos son bienvenidos: «Nos sentimos madrileños todos los que queremos serlo», decía con orgullo.
No podemos olvidar el emotivo discurso que pronunció durante la entrega de la Medalla de Honor al pueblo de Madrid en mayo de 2020, justo cuando comenzaba el confinamiento por COVID-19. En ese contexto tan difícil para todos, enfatizó el espíritu solidario y valiente del pueblo madrileño: «La libertad está en la esencia misma de la historia de Madrid». Sus palabras se convirtieron en un faro de esperanza para muchos.
A lo largo del tiempo, Vargas Llosa ha tejido una narrativa íntima con esta ciudad; desde sus días como estudiante hasta convertirse en un símbolo del pensamiento libre. Y así continúa siendo: un escritor apasionado que siente cada rincón de Madrid como parte integral de su vida y obra.