El coso de Inca se llenó hasta la bandera, marcando un momento que muchos esperaban desde hace casi tres décadas. Más de 700 jóvenes y niños se dieron cita para presenciar una corrida donde el cartel de «no hay localidades» volvió a brillar con fuerza. ¡Qué alegría ver a tantos chavales llenando los tendidos!
La resurrección de la afición taurina
Ayer, Balears Cambio de Tercio sorprendió a todos con una organización sin precedentes en este tipo de eventos. Sin ayudas ni subvenciones, demostraron que es posible ofrecer un espectáculo taurino de calidad, recuperando así una afición que había sido relegada a un segundo plano por gestiones poco acertadas en el pasado.
La vuelta de los Miura fue celebrada como se merece; sin embargo, no todo fue perfecto. A pesar del ambiente festivo, algunos detalles hicieron saltar las alarmas entre los asistentes. La emoción de ver a menores disfrutando del espectáculo era palpable, especialmente tras la derogación de esa ley que limitaba su acceso durante más de 30 años. Pero cuidado, señores organizadores: la afición no es tonta y ya ha visto cosas peores.
Los toros anunciados no fueron lo que se esperaba y eso generó malestar en la grada. No basta con colgar un cartel brillante; hay que ser coherente también con lo que se ofrece en el ruedo. El presidente del festejo actuó bien al mantener el rigor necesario ante las presiones externas, pero el público estaba al tanto y no toleraría más engaños.
Aún así, hubo momentos destacados. Léa Vicens dejó su huella con faenas emocionantes aunque algo desiguales. Manuel Escribano brilló en algunos pasajes con su toro noble, mientras que Jesús Enrique Colombo tuvo menos suerte enfrentándose a lo peor del encierro.
Por otro lado, fuera del recinto las voces antitaurinas resonaban fuerte y claro; grupos como la Fundación Franz Weber habían organizado protestas evidenciando que este debate sigue muy vivo entre nosotros.
Lo cierto es que ayer fue un día especial para la fiesta brava en Mallorca: muchos vieron cómo revive una tradición arrinconada por malas decisiones pasadas. Sin embargo, todos esperamos que esta vez sea diferente y no caigamos nuevamente en viejos errores.