Este jueves, en un ambiente cargado de emoción, Lolita Flores se despidió del equipo de rodaje de Mallorca Confidencial, una película inspirada en la figura de La Paca. Tras grabar la última escena, que muestra la detención de su personaje, la Chusa, en el hipódromo de Son Pardo, los 60 miembros del equipo no pudieron contener los aplausos. Fue un momento tan emotivo que uno de sus compañeros le regaló un ramo de rosas amarillas. Las lágrimas brotaron en los ojos de Lolita al expresar su agradecimiento a quienes habían contribuido a «subirle la autoestima» en una profesión donde muchas veces parece que te tiran a la basura.
Una Chusa llena de matices
Ya más calmada tras esa intensa despedida, Lolita compartió lo mucho que ha significado para ella interpretar a la Chusa: «Es un auténtico regalo». La actriz confesó que llevaba tiempo deseando volver al cine y que este papel ha sido una oportunidad única. «Para cualquier actriz, este personaje es un caramelo», afirmó con entusiasmo. Nos habló sobre cómo esta mujer refleja matices complejos y profundos; una representación genuina del pueblo gitano que toca tanto el orgullo como las dificultades que muchos enfrentan.
Lamentablemente, también mencionó realidades duras: «Desgraciadamente hay muchos barrios como Son Banya por toda España», apuntando hacia esas comunidades donde las circunstancias llevan a algunos a caminos oscuros. Consciente del estigma racial hacia su raza y otras minorías, Lolita reflexionó sobre cómo se les ha apartado durante años y lo necesario que es brindar oportunidades reales.
Con cada palabra resonaba el deseo sincero de cambiar narrativas y ofrecer esperanzas a aquellos que sólo han conocido el sufrimiento. En definitiva, detrás del arte también hay un mensaje poderoso: todos merecen ser escuchados.