En una conversación íntima, Áurea Márquez, la actriz que da vida a Raquel en ‘La dona del tercer segona’, nos sumerge en un tema que duele y resuena en muchas familias: la salud mental. En este monólogo, escrito por Víctor Borràs, se aborda con valentía el sufrimiento que acompaña a las madres de personas con trastornos mentales. ‘Muchas madres se sienten culpables, es como una herida sobre otra herida’, comenta Áurea. Ella misma ha sentido esa conexión profunda con el amor de madre que trasciende cualquier dificultad.
El peso de la desesperación
Raquel no es solo un personaje; representa a tantas mujeres que luchan solas, cargando con el peso de sus responsabilidades sin más apoyo que su propia determinación. Con pocos recursos y un padre ausente por miedo o incapacidad, esta madre coraje se enfrenta al mundo. “Es una historia de desesperación”, dice Áurea, quien leyó el guión y sintió cómo las palabras le atravesaban el corazón como una flecha.
A lo largo de su trayectoria en los escenarios, ella ha escuchado historias desgarradoras tras cada función. Las charlas posteriores al espectáculo suelen ser momentos catárticos donde las personas pueden abrirse y compartir su propia lucha. “Me dicen: ‘esto es mi vida’. Y eso impacta profundamente”, confiesa.
El estigma alrededor de los trastornos mentales aún persiste y muchas veces se traduce en culpa: “¿Qué hice mal? ¿Dónde fallé?”. Estas preguntas atormentan a quienes viven esta realidad día a día. Una joven asistente incluso compartió su experiencia: ‘Tras ver la obra, creo que puedo entender y perdonar a mi madre’. En estos momentos, la empatía florece entre quienes comparten sus historias.
Mientras tanto, la violencia asociada a estas situaciones no siempre es evidente; puede manifestarse en pequeñas actitudes diarias que generan dolor y aislamiento. La falta de reconocimiento hacia el otro también es violencia. Y así seguimos atrapados en un ciclo donde el miedo reina entre los vecinos cuando estallan gritos o situaciones tensas.
A pesar del camino arduo que queda por recorrer en cuanto a salud mental —sobre todo desde lo institucional— hay destellos de esperanza reflejados en personajes como Raquel. Un joven poeta dentro de esta trama nos recuerda que detrás de cada lucha hay una mente creativa esperando ser escuchada. La obra invita no solo a reflexionar sino también a encontrar vías para salir adelante juntos.