La Copa Davis está en pleno apogeo y, este sábado, el SuperTennis Arena de Bolonia fue testigo de un enfrentamiento que prometía emociones fuertes. Jaume Munar se plantó en la pista con un objetivo claro: llevar a España a la undécima final del torneo más prestigioso por países. Tras la brillante victoria de Pablo Carreño ante Jan-Lennard Struff, solo le hacía falta superar al formidable Alexander Zverev.
Un desafío monumental
Pero Zverev no es un rival cualquiera. Con su estatus de número tres mundial, demostró por qué está considerado uno de los mejores tenistas del momento. El alemán cortó las alas a Munar con un contundente 7-6(2) y 7-6(5), dejando claro que su experiencia y habilidad eran más que suficientes para neutralizar cualquier intento del español.
Munar, aunque había logrado vencer a grandes figuras como Casper Ruud o Daniil Medvedev en el pasado, esta vez se encontró con un Zverev muy sólido y decidido. A pesar de sus esfuerzos, incluido un momento donde recuperó un break inicial, no pudo mantener el ritmo ante el despliegue del germano.
A medida que avanzaba el partido, quedó patente que las condiciones rápidas bajo techo no favorecían al balear como lo hacían los cálidos días de Marrakech. Sin embargo, salir derrotado con la cabeza alta es algo que siempre se valora. Al final, Zverev supo apretar cuando más se necesitaba y dejó a España dependiendo del decisivo punto del dobles.
En este encuentro crucial, Alemania cuenta con la ventaja de tener una pareja consolidada: Kevin Krawietz y Tim Puetz están acostumbrados a jugar juntos en el circuito. Por otro lado, Marcel Granollers y Pedro Martínez apenas han tenido oportunidad de formar equipo esta temporada. Las dudas son palpables y las expectativas están altas.
Afrontamos ahora una recta final donde cada punto cuenta y donde cualquier error puede ser decisivo. La presión está servida para ambos equipos mientras nos acercamos al desenlace de esta apasionante semifinal.

