Wimbledon ha sido el escenario donde Novak Djokovic y Jannik Sinner han cruzado sus caminos, y la conexión entre ambos no puede pasar desapercibida. Tras un partido que dejó huella, el serbio habló sobre las similitudes en su estilo de juego, pero también se tomó un momento para destacar lo que hace a Sinner único. “Creo que es obvio que, en cuanto al estilo de juego, ambos tenemos bastantes similitudes”, afirmó Djokovic con ese tono reflexivo que le caracteriza.
Un legado compartido
Cuando se le preguntó si veía partes de sí mismo en el joven italiano tras su victoria ante Kecmanovic, Djokovic no dudó en recordar sus inicios. “Lo conocí cuando tenía 13 o 14 años; ya entonces era delgado y alto, como yo”, dijo mientras rememoraba aquellos días. Aunque Sinner le supera en estatura, la esencia de su juego parece resonar con la suya: “Se notaba que tenía muy buen ritmo y velocidad”. Sin embargo, Djokovic no escatima en elogios hacia su evolución. “Es único a su manera”, subrayó.
La admiración del serbio por el trabajo arduo que Sinner ha realizado junto a su equipo es palpable. “El progreso que ha hecho en los últimos dos años es impresionante”, asegura Djokovic. Desde mejorar su saque hasta reducir errores no forzados, cada aspecto de su juego refleja una dedicación excepcional. Es evidente que Sinner está dejando una marca propia en el tenis masculino.
“Me alegra haber podido influir positivamente en él”, continuó Djokovic. La relación entre ambos va más allá de la competencia; hay un respeto mutuo cultivado a lo largo de los años gracias al entrenador Riccardo Piatti. Este vínculo ha permitido intercambios valiosos entre ellos: “Siempre me encantaba compartir mis experiencias”. Así cierra ‘Nole’, contemplando cómo Jannik se convierte en una fuerza dominante dentro del deporte.