Carlos Alcaraz, el prodigio de El Palmar, está viviendo una montaña rusa de emociones tras su triunfo en Roma. Sin embargo, la realidad del deporte profesional es dura y no le dejará descansar mucho. Con solo dos días en casa después de la victoria, el tenista volverá a hacer las maletas este miércoles para poner rumbo a París y afinar su juego de cara al Grand Slam francés que comienza el 25 de mayo.
Un reto constante
El joven español, que ha recuperado su puesto como número 2 del ranking ATP, sabe que necesita adaptarse rápidamente a las pelotas Wilson que se usarán en Roland Garros. “Necesito un descanso para darme cuenta de lo que he hecho”, decía Alcaraz con sinceridad. A pesar de sus deseos de desconectar un poco tras la intensa semana en Roma, el calendario aprieta y no hay tiempo que perder.
Carlos saldrá hacia la capital francesa junto a todo su equipo este miércoles. Allí participará en varios compromisos promocionales, incluido un acto importante donde se sorteará el cuadro del torneo. Se presentará como segundo cabeza de serie, lo que significa que solo podría encontrarse con Jannik Sinner si ambos alcanzan una hipotética final. La presión está ahí, pero también la confianza acumulada por sus 19 títulos hasta ahora.
Así es la vida del deporte élite: entre celebraciones y preparativos constantes. Carlos tiene una meta clara en mente y parece dispuesto a dejarlo todo en la pista. ¿Logrará repetir el éxito? Solo el tiempo lo dirá.