El Real Mallorca apenas ha tenido tiempo de disfrutar su última victoria en Liga, ese 3-1 ante el Elche que dejó buen sabor de boca. Pero no hay descanso; la Copa del Rey ya está llamando a su puerta, y esta vez se trata de algo serio. Hoy se enfrenta al Deportivo de La Coruña en Riazor, un equipo que anda con la moral por las nubes y que sueña con el ascenso a Primera División.
Un rival complicado en un momento clave
No estamos hablando de cualquier rival. El Deportivo es una escuadra con historia y ha venido a menos en los últimos años, pero ahora han encontrado su mejor versión. Con Yeremay como estrella y viejos conocidos del Mallorca como Stoichkov entre sus filas, son un oponente temible. Además, existe una carga emocional: el recuerdo de aquella temporada 2018/19 cuando el Mallorca les privó del ascenso añade picante al encuentro.
Jagoba Arrasate sabe lo que hay en juego. La Copa puede ser una oportunidad dorada para demostrar que este equipo puede dar más de sí. Sin embargo, debe tener cuidado; la anterior eliminatoria contra el Numancia fue un auténtico sufrimiento y no pueden permitirse repetirlo. Las rotaciones serán necesarias ante la proximidad del duelo crucial contra el Valencia en Mestalla.
En cuanto a la alineación, Bergström ocupará la portería tras la recuperación de Leo Román. Mateu Jaume y Lato estarán en los laterales defensivos mientras Kumbulla y Valjent formarán pareja en el centro de la defensa. Con Mascarell fuera por la Copa África y Morlanes descansando, Samu Costa, Antonio Sánchez y Pablo Torre tendrán que poner toda la carne en el asador.
Por otro lado, el Deportivo también necesita reaccionar después de dos derrotas dolorosas en casa que han hecho tambalear su posición privilegiada en la Liga Hypermotion. La presión está ahí para ambos equipos: ganar o perder podría marcar su temporada.

