La noche se tornó oscura para el Real Mallorca en Riazor. Jagoba Arrasate, su entrenador, no pudo ocultar su tristeza tras la inesperada salida de su equipo en la Copa del Rey. «Estoy jodido, tenía mucha ilusión», confesó con una sinceridad que resonó en los corazones de los aficionados.
Un partido marcado por las lesiones
Las lesiones han jugado un papel crucial. Arrasate tuvo que realizar cambios forzados que alteraron completamente sus planes. «Es una decepción total; ha faltado acierto y nos ha faltado un poco más de control sobre el juego», lamentó después del encuentro contra el Deportivo. En un primer tiempo prometedor, el Mallorca mostró su seriedad y dominó ligeramente a sus rivales. Sin embargo, todo cambió en la segunda mitad cuando el partido se abrió y los cambios obligados no dieron resultado.
Los errores también jugaron su parte. Un mal despeje de Darder terminó en gol rival y dejó al equipo sin opciones. «Tenemos que aprender de esto para la Liga; en Copa ya no hay vuelta atrás», afirmó Arrasate mientras trataba de asimilar lo ocurrido.
Entre las sombras del fracaso también brillaron destellos de esperanza con jugadores como Takuma Asano, quien tuvo ocasiones pero falló en los momentos clave. El técnico destacó que aunque Asano está mostrando buena movilidad, le falta confianza para marcar esa ansiada meta.
A pesar del dolor por la eliminación, Arrasate hizo un llamado a su plantilla: «El vestuario está afectado porque caer en una competición tan hermosa es duro. Pero debemos animarnos y prepararnos para lo que viene: un complicado partido ante el Valencia este viernes». En definitiva, aunque esta derrota pesa sobre los hombros del equipo, ya están centrados en lo que realmente importa: recuperar esa ilusión perdida y seguir luchando.

