En una tarde que prometía emociones fuertes, Mascarell se erigió como el salvador del RCD Mallorca, guiando a su equipo hacia una victoria crucial por 3-1 frente al Elche en Son Moix. Este triunfo no solo saca a los bermellones de la zona de descenso, sino que también reafirma la determinación del conjunto dirigido por Arrasate.
El tinerfeño brilló con luz propia, marcando el segundo gol y asistiendo en el tercero tras recuperar el balón en ambas jugadas. Con una vaselina magistral, elevó las esperanzas de los aficionados y luego se convirtió en un pasador excepcional para Muriqi, quien no dudó en poner la guinda al encuentro. La sensación era clara: el Mallorca merecía este resultado contra un rival que apenas inquietó a Leo Román durante todo el partido.
Un partido lleno de altibajos
El ambiente era tenso tras haber dejado escapar dos puntos contra Osasuna hace un par de semanas. Sin embargo, esta vez todo comenzó bien para los locales. Morlanes abrió la cuenta temprano con un gran gol tras una jugada brillante de Virgili. Pero la alegría se vio empañada cuando Maffeo, en un intento desesperado por despejar, marcó un autogol que devolvió al Elche al juego.
A pesar del empate, los bermellones mantuvieron su plan claro y no tardaron en retomar la iniciativa. Aunque hubo momentos de incertidumbre y dificultades para mantener la posesión después del descanso, Mascarell mostró su instinto y capacidad para cambiar el rumbo del partido. Cuando muchos pensaban que podría terminar en tablas, él tuvo esa chispa para robar un balón crucial y marcar con astucia.
Con este resultado justo y necesario bajo el brazo, los aficionados respiraron aliviados. Por primera vez esta temporada, el Mallorca supera su número de puntos respecto a partidos jugados. Una victoria que promete devolver algo de ilusión a Son Moix y dejar claro que este equipo aún tiene mucho que ofrecer.

