El entrenador del Mallorca, Jagoba Arrasate, no pudo ocultar su preocupación tras el intenso encuentro en la Copa del Rey contra el Numancia. «Hemos sufrido, pero por suerte hemos pasado», dijo con una mezcla de alivio y frustración. La primera mitad fue prometedora; el equipo mostró seriedad y control, pero todo cambió en la segunda parte.
Una montaña rusa de emociones
«No tenemos un partido tranquilo», reflexionó Arrasate, mientras recordaba cómo su equipo se vio obligado a pedir la hora para asegurarse la victoria. En esa primera mitad, todo parecía ir bien: defendieron con firmeza y atacaron con incisividad. Sin embargo, ese buen desempeño se desvaneció al encajar el tercer gol. «Cuando no tienes control sobre el juego, es fácil sufrir hasta el final», añadió, dejando claro que ese nerviosismo estaba lejos de ser ideal.
A pesar de la victoria, Arrasate no pudo esconder su enfado al ver cómo sus jugadores perdían el ritmo. «Me he cabreado porque podríamos haber gestionado mejor el partido», confesó, evidenciando que aún hay mucho trabajo por hacer para evitar caer en errores del pasado. Esos momentos donde las decisiones equivocadas pueden costar caro son los que más le preocupan.
Pero así es la magia de la Copa; te lleva a vivir experiencias intensas y llenas de emoción. Al final del día, lo importante es que han logrado avanzar en la competición y eso es lo que todos querían.

