El Mallorca se presentó en La Cerámica con una alineación que tomó por sorpresa a todos, incluido Marcelino. Con el peso de un pasado reciente complicado, Jagoba Arrasate optó por una mezcla de juventud y audacia al incluir a Mateo Joseph, Virgili y Pablo Torre desde el principio. Nadie esperaba tal movimiento, pero así es como el fútbol sorprende, ¿verdad?
Una reacción valiente ante la adversidad
Cuando Gerard Moreno abrió el marcador antes de los diez minutos, muchos pensaron que la noche se tornaría oscura para los balearicos. Pero no contaban con la determinación del Mallorca. Una conexión brillante entre Virgili y Torre llevó a Samu Costa a empujarla al fondo de las redes, mostrando su faceta goleadora que ya había brillado en Bilbao. El empate generó incertidumbre y dejó al Villarreal algo descolocado.
A pesar de esta respuesta valiente, la intensidad del equipo se vio afectada tras una primera parte agotadora. En la segunda mitad, lo prioritario era mantener ese empate tan valioso. Y aunque el gol del Villarreal llegó al final y pudo parecer injusto para lo visto en el campo, en fútbol las sensaciones muchas veces quedan relegadas frente a los resultados. Así fue como el Mallorca salió derrotado, pero con la cabeza alta y mostrando una imagen renovada que bien podría ser la base para futuros éxitos.

