En un partido que fue más un ejercicio de supervivencia que otra cosa, el Mallorca logró una victoria agónica sobre el Getafe. Con un gol de Muriqi y la defensa a ultranza del equipo, los tres puntos se convirtieron en un bálsamo para la plantilla y el cuerpo técnico. Jagoba Arrasate seguramente respirará mejor esta noche.
Un triunfo por la mínima pero vital
No era tiempo para grandes florituras. La realidad es que el Mallorca solo tuvo una idea en mente: defender su portería. En lo poco destacable, se brilló con jugadas como la del primer gol, resultado de un excelente trabajo de Samu Costa, quien fue sin duda el mejor del equipo. Este portugués no dejó de correr y luchar; se le vio presente en cada rincón del campo, especialmente cuando había que hacer ese esfuerzo extra defensivo.
Aunque al final del encuentro sus fuerzas flaquearon, Samu demostró que esa es la única manera de asegurar la permanencia en Primera División. El técnico mallorquinista optó por dar continuidad al islandés Bergström bajo los palos, una decisión acertada ya que este respondió con seguridad cuando más se le necesitaba.
Hoy, los jugadores entendieron la importancia de estos tres puntos; estaban concentrados y decididos a salir de esa zona peligrosa. Pero hay que ser claros: esto no puede quedarse así. El equipo necesita añadir más juego a su arsenal si quiere evitar seguir con el agua al cuello. Afrontar este parón liguero con doce puntos debe servirles como base para crecer y mejorar.

