La tensión se palpa en el ambiente del Mallorca. Jagoba Arrasate, el entrenador, ha dejado claro que la situación de Dani Rodríguez es complicada, por no decir insostenible. En una rueda de prensa previa al choque contra el Celta, Arrasate no se anduvo con rodeos: «Se me hace muy difícil contar con un jugador que ha cruzado una línea roja y vulnerado los códigos de un equipo».
Un desenlace inesperado
Dani ha estado en el ojo del huracán tras sus dos desafortunados comunicados, y ahora enfrenta diez días de suspensión. A pesar de tener contrato, su comportamiento lo ha alejado del grupo. «Quiero ejercer bien mi profesión y a partir de ahí él seguirá entrenando con nosotros», dijo Arrasate, dejando entrever que la confianza está seriamente dañada.
El técnico no ocultó su decepción: «Es uno más en el equipo, pero si depende de mí… es difícil». Para él, lo ocurrido no solo afecta al vestuario; también daña la imagen del club. Y sobre cómo manejar esta autodestrucción que ya avisó la temporada pasada, reconoce que hay que dar un paso al frente: «Este año va a ser complicado porque todos los equipos son fuertes».
En medio de este torbellino emocional, Arrasate se siente respaldado por la entidad y comparte cómo han tomado decisiones juntos para proteger la integridad del grupo. Al final del día, lo importante es llevar el escudo en alto y olvidar las sombras del pasado mientras miran hacia adelante.