Antonio Raíllo, el capitán del Real Mallorca, se ha convertido en la voz más autorizada del vestuario a lo largo de su trayectoria en el club. En esta temporada, donde celebra una década defendiendo los colores bermellones, no puede evitar recordar todo lo que ha vivido. Y es que su historia está llena de altibajos, pero también de momentos inolvidables.
Un camino lleno de desafíos
La reciente tormenta desatada por Dani Rodríguez ha dejado a todos con un sabor amargo, pero Raíllo sigue siendo un símbolo de compromiso y unidad. Antes del inicio de la Liga contra el Barcelona, compartió sus reflexiones sobre estos diez años: «Compromiso, trabajo y unión» son las claves que han guiado su carrera. Y no es para menos; desde su llegada a Son Moix ha vivido auténticas montañas rusas.
Su primer año fue especialmente complicado; la temporada 2016/17 fue un auténtico desastre al acabar en última posición y descender a Segunda A. Recuerda aquel año con nostalgia y tristeza: «No salieron los resultados… luchamos mucho sin entender por qué». Sin embargo, todo cambió bajo la dirección de Vicente Moreno en 2017/18 cuando lograron ascender a Segunda B. Raíllo destaca cómo ese grupo se convirtió en una familia que alcanzó el objetivo conjunto: «Era nuestra obligación subir».
El momento más emocionante llegó en junio de 2019 con el histórico regreso a Primera División tras remontar ante el Deportivo. La euforia era palpable: «Generamos una bola de ilusión», comenta emocionado. Su debut en la máxima categoría trajo consigo grandes expectativas, aunque luego vino la amarga experiencia del descenso nuevamente.
No obstante, cada tropiezo forjó un equipo más fuerte. En 2020/21 alcanzaron unos impresionantes 82 puntos para asegurarse otra oportunidad en Segunda. La siguiente campaña también tuvo sus dificultades con lesiones y cambios de entrenador, pero lograron mantener la categoría gracias al esfuerzo colectivo.
A pesar de que la temporada pasada se vivió una final histórica de Copa del Rey que terminó en penaltis frente al Athletic, cada aficionado recuerda con orgullo esa noche mágica.
Ahora, Raíllo enfrenta su décima temporada con más responsabilidad tras el apartamiento de Dani Rodríguez como capitán. Con su liderazgo renovado y un equipo decidido a seguir adelante, los mallorquinistas tienen motivos para creer nuevamente.