En el mundo del fútbol, las decisiones se toman en un abrir y cerrar de ojos, pero también hay momentos que nos dejan en ascuas. Eso es lo que está ocurriendo con Dominik Greif, el portero eslovaco del RCD Mallorca, quien se encuentra en una especie de limbo mientras su futuro parece atado a un papel que aún no llega. Andy Kohlberg, presidente y dueño del Mallorca, sabe que los más de cinco millones de euros son esenciales y no quiere dejar nada al azar antes de dar luz verde a su salida hacia el Olympique de Lyon.
Las garantías que marcan la diferencia
Kohlberg está firme: quiere asegurarse de que todo esté en orden. Es una cuestión de confianza, pero también de negocio. Tras la experiencia pasada con Gio González, donde hubo problemas para cobrar tras su traspaso al Krasnodar, no está dispuesto a correr riesgos. Por eso ha hecho esperar la oficialización del acuerdo. Mientras tanto, Greif se vistió junto a sus compañeros para la presentación del equipo en el Trofeu Ciutat de Palma en Son Moix. Aunque no tuvo la oportunidad de jugar, su mirada parecía decirlo todo; este podría ser uno de sus últimos momentos sobre ese césped.
A medida que avanzan los días y se acerca esa fecha mágica donde todo podría cambiar para él, vemos cómo Greif se despide lentamente del campo como si quisiera grabar cada rincón en su memoria. Y es que aunque todos dan por hecho que el traspaso se cerrará pronto —se habla incluso de la próxima semana— el deseo ferviente del presidente estadounidense por tener garantizado cada euro hace que esta situación sea más tensa.
Con un Son Moix medio vacío pitando por algunos jugadores durante el partido reciente contra Hamburgo y unas cifras ya acordadas entre ambos clubes flotando en el aire, solo falta ese último visto bueno. ¿Logrará Kohlberg lo que busca? Solo el tiempo dirá si Dominik Greif tomará finalmente rumbo hacia Lyon o si tendrá que esperar un poco más para cumplir su sueño europeo.