El Mallorca ha decidido poner un precio claro sobre la mesa para la salida de Cyle Larin. El club, en una postura firme, solicita alrededor de un millón de euros más bonus por rendimiento, pero con una condición crucial: que el nuevo equipo asuma al completo su salario, que ronda los dos millones netos por temporada. La situación es complicada y, a pesar del interés del Valencia, que parece querer atraer al delantero canadiense a sus filas, las dificultades económicas juegan en contra.
Un futuro incierto para Larin
Larin no se siente cómodo en Son Moix y quiere salir. Ha conversado con el técnico Carlos Corberán, pero el problema radica en su alto coste y en el hecho de que no ha sido capaz de demostrar su valía en las últimas temporadas. Con solo siete goles anotados la pasada campaña, su atractivo se ha visto mermado y ahora los clubes de menor presupuesto se lo piensan dos veces antes de lanzarse a por él.
Aunque el director deportivo Pablo Ortells parecía dispuesto a cederlo bajo ciertas condiciones, también está claro que no van a regalarlo. Después de haber pagado casi ocho millones por él hace un par de años, recuperar parte de esa inversión es fundamental para el club. Sin embargo, mientras tanto Larin sigue entrenando con sus compañeros en Austria tras regresar de vacaciones.
Jagoba Arrasate, entrenador del Mallorca, no oculta que ha hablado con él sobre sus intenciones. “Está abierto a opciones siempre y cuando beneficien a todos”, comenta Arrasate. Pero la realidad es que Larin siente que nunca logró conectar ni con el club ni con la afición. Y si bien su deseo es permanecer en España, esto complica aún más cualquier posible acuerdo.
Con menos de un mes para cerrar el mercado, la tensión crece día tras día. Aquellos gestos desafortunados hacia la grada durante un partido reciente han dejado huella y han encendido una mecha difícil de apagar; los cánticos pidiendo su salida resonaron con fuerza después de una derrota significativa ante el Getafe.
A medida que nos acercamos al cierre del mercado estival, todos esperan una solución rápida. Pero lo cierto es que cualquier escenario parece posible; ya sea una salida o un nuevo intento por reconducir esa relación rota entre Larin y los aficionados bermellones.