El Real Mallorca, con más dudas que certezas, logró una victoria ajustada (2-1) contra un Valladolid que lleva semanas sumido en la desesperación. El partido comenzó torcido para los bermellones cuando Chuky abrió el marcador. Sin embargo, Mascarell y Darder, este último brillando como una estrella entre las sombras, pusieron orden en el caos y dejaron a los de Jagoba Arrasate en la lucha por Europa.
Un ambiente tenso en Son Moix
Son Moix se convirtió en un campo de batalla emocional, con solo 16.018 espectadores presentes, reflejando la inquietud reinante entre los aficionados. La presión era palpable desde el inicio; el Mallorca salió al terreno de juego como si arrastrara un lastre. Los primeros veinte minutos fueron un auténtico desastre, dignos de un equipo que quiere aspirar a más.
Los visitantes mostraban una tenacidad sorprendente para ser colistas; cada error del Mallorca era aprovechado con desparpajo. La defensa estaba hecha jirones y la afición no tardó en mostrar su malestar con silbidos ensordecedores tras el gol del Valladolid. Pero ahí estuvo Greif para salvar los muebles, evitando una goleada inminente.
Poco a poco, el Mallorca fue recuperando algo de confianza y empezó a tomar las riendas del juego. Asano fue uno de los más activos y encontró a Mascarell para empatar antes del descanso. Un alivio momentáneo que hizo respirar al estadio.
En la segunda mitad todo cambió radicalmente. Dani asistió a Darder, quien no perdonó y puso al equipo por delante nuevamente. Pero el miedo seguía acechando; justo después del gol, Cenk casi logra igualar para el Valladolid si no hubiera sido por un fuera de juego previo que salvó al Mallorca del susto mayor.
A pesar de algunos intentos tímidos del Valladolid por volver al partido gracias a sus cambios estratégicos, el Mallorca se mantuvo firme hasta el final. Aunque lograron sumar tres puntos vitales, las sensaciones dejadas son inciertas y nos dejan preguntándonos si realmente están preparados para pelear por Europa o si esta victoria es solo un parche temporal.