El Mallorca vuelve a los entrenamientos con una misión clara: aferrarse a su sueño europeo en este final de temporada. Después del parón por la Copa del Rey, el equipo bermellón regresa con la necesidad urgente de recuperar ese lugar que perdió tras caer ante el Barcelona. ¿Se imaginan? A falta de cinco jornadas, todo está por decidir y el Real Mallorca no puede permitirse relajarse.
La presión aumenta
LaLiga se acerca a su desenlace y las emociones están a flor de piel. El equipo dirigido por Jagoba Arrasate ha tenido un año lleno de altibajos, donde sus visitas fuera de casa han dado resultados inesperados, pero la consistencia en Son Moix ha brillado por su ausencia. Ahora más que nunca, deben luchar hasta el último minuto para no quedar fuera de la lucha europea.
A medida que se aproxima el partido contra el Girona el próximo lunes, la tensión crece. Este rival llega con una necesidad imperiosa de ganar si no quiere ser uno más en la lista de descensos. Por otro lado, parece que algunos jugadores como Asano o Morlanes podrían regresar al campo justo a tiempo para ayudar al equipo.
Luego viene el Valladolid, un partido que debería ser sencillo sobre el papel, pero siendo sinceros, después de lo visto últimamente en casa, nadie se atreve a cantar victoria antes del pitido final. Y si pensaban que eso era todo, ¡prepárense! La siguiente semana tendrán que medirse nada menos que al Real Madrid. Un encuentro donde cualquier error podría salir caro.
No nos olvidemos también de las dos últimas jornadas ante Getafe y Rayo Vallecano; esas deberían jugarse bajo presión máxima si queremos mantener viva la esperanza europea. Así que todos cruzamos los dedos para que esta lucha continúe hasta el final. El mallorquinismo merece vivirlo.