Dani Güiza, el delantero andaluz que deslumbró en su paso por el Mallorca, ha abierto su corazón en una entrevista con el diario AS. Hablando sobre la oportunidad que tuvo de unirse al FC Barcelona en 2008, confiesa que hubo un pequeño gran obstáculo: uno de sus compañeros en el vestuario culé no quería verlo vestido de blaugrana. ¿La razón? Su presencia constante en la prensa del corazón.
Después de una temporada espectacular donde se convirtió en el máximo goleador de la Liga con 27 goles, Pep Guardiola puso sus ojos en él. Sin embargo, los planes se vinieron abajo y Güiza terminó firmando con el Fenerbahce, convirtiéndose así en el fichaje más caro de la historia del fútbol turco. Ahora, a sus 44 años y todavía activo con la UD Roteña, reflexiona sobre lo que pudo ser.
Un sueño truncado
“No me gusta hablar mucho de esto”, comienza diciendo Güiza. Aunque recuerda que “Guardiola me quería” y “todo estaba pactado”, aquel veto le dejó confundido. Para él, esas decisiones son parte del juego: “Así es la vida”. Coincidió en el filial con leyendas como Andrés Iniesta y mira hacia atrás con admiración: “¡Menudo fenómeno! Era uno de los mejores jugadores y una gran persona”.
A pesar de su conexión emocional con el Barça, confiesa que realmente habría preferido jugar para el Real Madrid si se hubiera presentado la oportunidad: “Si me hubieran llamado, habría ido corriendo. Me habría cambiado la vida”. Pero también tiene otras espinas clavadas; lamenta no haber podido jugar en el Mundial del 2010 o haber elegido irse al Fenerbahce por dinero cuando podría haber seguido a su corazón e ir al Betis.
En definitiva, Dani Güiza nos recuerda que detrás de cada decisión hay historias humanas llenas de emociones y anhelos. El fútbol es pasión, pero también está lleno de caminos no recorridos.