La historia de Leo Román no es solo la de un portero, sino la de un luchador que ha tenido que enfrentarse a la adversidad. Durante gran parte de la temporada, estuvo relegado a un segundo plano, mientras su compañero Greif brillaba bajo los tres palos. Pero cuando llegó el momento de demostrar su valía, Leo no defraudó.
Una oportunidad inesperada
Con el Mallorca enfrentándose al Barça en Montjuïc, muchos se preguntaban qué decisión tomaría el entrenador Arrasate. La ausencia de Greif por razones inesperadas dejó a Leo con una única opción: brillar. Y vaya si lo hizo. Con una actuación estelar que incluyó entre 15 y 20 paradas impresionantes, demostró que estaba listo para cualquier reto.
El eco del 1-5 sufrido en Son Moix ante los azulgranas aún resonaba en su mente, y eso le dio más fuerzas para salir al campo como si fuese una final. Cada parada era como una pequeña venganza personal; no contra el entrenador o sus compañeros, sino contra esos cinco goles que todavía dolían en su orgullo.
Pero tras ese despliegue de talento surge la pregunta: ¿quién será el titular en el próximo partido? La competencia entre él y Greif está servida, y ahora todas las miradas están puestas en Arrasate. ¿Optará por la continuidad de Leo después de tan brillante actuación o volverá a confiar en Greif?
A medida que se acerca el siguiente encuentro, hay mucho más en juego que solo puntos; está la confianza y futuro del equipo sobre sus hombros. Y nosotros estaremos atentos para ver cómo se desarrolla esta historia llena de emociones.